Блю Джинс. "Знакомство с Раулем" Глава. 5. В своей комнате наедине с собой
«¡Buenos días, princesa! ¡He soñado toda la noche contigo! Íbamos al cine y tú llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto. ¡Sólo pienso en ti, princesa! ¡Pienso siempre en ti!» Aquella escena de La vida es bella le pone los pelos de punta. No se cansa de verla. Una, otra y otra vez. Algún día encontrará a esa persona a la que despertar cada mañana con un «¡Buenos días, princesa!» Raúl cierra Youtube y abre el reproductor de música de su ordenador. Rápidamente, elige una canción de los Beatles. Hey, Jude le recuerda tanto a su padre... pero, aunque se emociona al escucharlo, esta vez no llora. Todas las lágrimas se escaparon antes con Valeria. Por primera vez, se había derrumbado delante de uno de sus amigos. Ante uno de los incomprendidos. Aunque Val es especial y no le importa tanto haber compartido aquel momento con ella. Coge el portátil y se tumba con él en la cama. Selecciona la carpeta en la que están todos los temas del grupo de Liverpool y uno a uno van sonando en la habitación. Piensa... diecisiete años y un día. No han sido fáciles. Sobre todo los últimos dos y medio. Mira hacia arriba, con las manos en la nuca. Le viene a la mente su propia imagen el día anterior en la casa de Miriam, tumbado en su cama, observando el techo del dormitorio. No llegó a pasar nada... pero no le importa tener diecisiete años y ser todavía virgen. Ayer, pudo poner fin a eso pero no cree que ella sea la persona adecuada. Tampoco lo fue Cristina. Quizá sea un tipo raro. Cualquier tío de su edad habría dado un brazo o dos por acostarse con la chica que ayer tenía delante. Él no es así, nunca le ha preocupado ese asunto. Tal vez porque en su vida ha tenido otros temas trascendentales con los que lidiar. Y es consciente de lo que es más importante y le da un valor real a las cosas. En otra ocasión, con otra persona, de otra forma... Muchas gracias por esa entrevista tan especial. Teclea en su BlackBerry negra. Duda un instante antes de enviar el mensaje. Finalmente, lo hace y se gira. Boca abajo espera la respuesta de Valeria. No tarda en llegar. Gracias a ti por confiar en mí y demostrarme una vez más que eres una persona única. Siempre tan correcta. Siempre tan buena. Siempre tan... Valeria. Seguro que mientras escribía el WhatsApp se estaba sonrojando. Le encanta su sencillez y esa timidez tan especial. Es una gran amiga, de las que seguro que duran toda la vida. Espero que cuando sea director de cine todas las periodistas sean como tú. Y no me refiero sólo a que estén tan guapas como tú hoy. Te queda muy bien la coleta alta. ¿Estarán ardiendo ahora sus mejillas? Lo descubre en seguida. No voy a responderte a más mensajes como éste. ¡Parezco un tomate! ¡Al final, me voy a enfadar contigo! Sonríe. Se levanta de la cama y se dirige al cuarto de baño con el smartphone en las manos. Se planta delante del espejo y con la pasta de dientes escribe algo y le hace una fotografía. Luego se la manda a Valeria. Ha dibujado un gran «PERDONA», acompañado de una carita sonriente. No seas tonto. No tengo nada que perdonarte. En el fondo, sé que cuando te metes conmigo eres feliz. Y me gusta que estés alegre. Raúl limpia con papel higiénico sus disculpas y regresa a la cama sin dejar de sonreír. Ella es la culpable de que se sienta tan bien. Tanto como para... Se despide de Valeria con un último mensaje y le vuelve a dar las gracias por su amistad. Ésta le devuelve el WhatsApp y le da las buenas noches cariñosamente. Ninguno de los dos imagina lo que sucederá diez meses más tarde. El joven recupera su ordenador y se sienta con él en el escritorio. Abre un documento de Word y respira hondo. Con fuerza, con decisión. Motivado y animado por su conversación virtual con Valeria. Es hora de intentarlo una vez más. Y aunque el guión que comenzará ese día, el día siguiente a cumplir los diecisiete, no llegará a buen puerto, será la primera piedra de una nueva manera de pensar para el resto de su vida: y es que nunca más se dará por vencido ante nada. |
“С добрым утром, принцесса! llegar a buen puerto – потерпеть крах, оказаться неудачным, провалиться |